lunes, julio 04, 2016

HOY 4 DE JULIO

Hoy no es buen día. No porque sea lunes, ni comienzo de semana, ni siquiera porque hoy no es día para comprar productos frescos. El cielo ha amanecido moteado de nubes con sospecha, y escucho en la radio que quizá bajará el bochorno estival y, también, que es fiesta grande en Usa. La vida sigue como un día más cayendo hojas del calendario y, sin embargo, para algunas personas hoy no es un día más.
Hay días, tristes, días insípidos y otros, alegres. Días de todos los colores y para todos los gustos.  A María Luisa se la agolpan en la memoria imágenes de tal día como hoy hace un año cuando se fue de sus horas, minutos, segundos… una de las personas más importantes en su vida. Nada hacía presagiar la deriva de aquel día de principios de julio. Seguramente ella sabría en sus adentros que en cualquier momento la vida de sus ser querido se iría, se marcharía con sigilo por ser ley de vida. Pero no por eso es menos doloroso; ahora estás aquí es una certeza. Dentro de un rato, no se sabe.
Pero cuando quieres a alguien, piensas que ese alguien nunca marchará, será eterna su compañía, su manera de decirte, su forma de mirarte, porque consideras que es imprescindible en tus horas, pero se va para no volver. Entonces viene a por ti la orfandad, la ausencia, el vacio, ese hueco que nadie sustituirá porque cada persona somos uno, distintos, inequívocos,  no podemos rellenar con otros parecidos. Por eso llega la pena, la lluvia inagotable de lágrimas, la tristeza pegada a las paredes de tu vida.
Sin embargo el tiempo sigue descolgándose de sus días, horas, minutos… y comienzas a levantar la mirada aunque la orfandad siga ahí dentro, tal vez para siempre, y también comienzas a recordar, recordar con nostalgia, a aflorar películas vividas cuajadas de sonrisas, de anécdotas y vivencias de aquel ser querido que se marchó
El tiempo, María Luisa, no disuelve los recuerdos, al menos los más bonitos, los hermosos, los que tú adoras. Vienen a ti a engatusarte, a hacerte compañía, a recordarte que tu ser querido no se fue ni se irá jamás mientras que por tu corazón gatee la vida. Comprenderás que se quedó para siempre contigo y que, seguramente, desde allá, donde esté, te seguirá hablando, te escuchará, te aconsejará. Tú harás que no se vaya nunca porque te descubrirás hablando de ella, recordando sus salidas más divertidas, o sus ideas de “Perogrullo”. Tus ojos, tu sonrisa, tus palabras se llenaran de ella.
María Luisa, una madre es siempre madre aunque no esté, aunque no la veas, pero está ahí porque las madres, María Luisa, son eternas y la eternidad es infinita.

Hoy 4 de julio no es un buen día. Es lunes y los lunes no gustan, pero se me antoja que es un buen día para que levantes los ojos a ese cielo moteado de nubes sospechosas y brindes la mejor de tus sonrisas a esa madre que no se fue. Se quedó contigo aunque no la puedas ver.

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