¿Quién
no ha tenido sueños alguna vez?… Incluso ahora, aunque muchos peinemos
canas y la vida nos haya agitado tantas
veces que en vez de personas seamos cocteleras batidas por vientos huracanados.
Mis
sueños han ido mudando de piel según iba colgando los años en el árbol de mi vida.
Hoy,
jaraneando en el césped en una tibia tarde, recordé mis sueños de ayer, tantos
como granos de arroz. Pero como los días que van pasando, así mis sueños fueron
mutando a otros.
Soy lo
que hice de mí tejiendo sueños de niña a mujer. Abarqué al mundo y él me poseyó
como un viejo amante escanciando sobre mí tormentos y gozos.
Al
recordar…
Me
vestí de nostalgia mientras el cielo recapitulaba azules y grises hasta llegar la noche en que estrellas penitentes,
peregrinas, llegaron a colgarse en el mismo espacio que una vez las coloqué. Una
sonrisa agridulce se me escapó de la comisura de los labios y cerré mis ojos
para abrazar un presente.
Ese
era mi sueño de hoy y ahora…
5 comentarios:
Claro que soñamos... y seguiremos soñando, sin importarnos la edad, ni las canas. Lo mejor está por vivir Mª Ángeles nuestro árbol de la vida tiene muchas hojas aún por colgar ;)
Me gusta tu sueño!!
Besos.
Felices sueños, María Ángeles.
¡¡Cuántos sueños nos han acompañado a lo largo de la vida...!! Y aún siguen vivos en este presente, que también yo abrazo, amiga.
Mi cariño y mi ánimo siempre.
Olá Mª Ángeles.
É verdade, com o tempo, mudam nossos sonhos. Bela crônica. Parabéns.
Um beijo, Pedro
Estás llena de vida y de sueños. Por eso me gusta venir a visitarte y empaparme de tus letras, pues posees el don de contagiarme.
Besos.
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