Hoy es de esas mañanas que amaneces y presientes
la cabeza disecada y tus ojos no ven aunque miren. Las palabras se deshacen por
falta de vida y tu imagen se disuelve.
Tus pensamientos están en la casilla de salida
discutiendo unos con otros a ver quién tiene más importancia y tu cuerpo no reacciona,
el cansancio, el estrés, terminan pasando factura.
Te dices a ti mismo que el mundo se vaya a tomar
vientos que hoy no te subes a él porque no tienes ni fuerzas ni energía y lo
único que necesitas es descansar, manejar otros paisajes para comenzar de
nuevo.
Lo único
que deseas es arroparte en un sofá, ceder a la mente un apagón existencial y
dejarte llevar por el placer de no hacer nada. Bueno, ni siquiera el placer te
importa, tan solo el abandono de tu espíritu meciéndose en una nube. No quieres
bullicio sino soledad y el silencio que la acompaña. Claro que también te
tienta esa imagen de tumbada a un sol meloso mientras unos rayos acarician tu
piel desteñida.
Porque la realidad es que has querido abrazar
tanto que tus brazos se han dado de sí y ahora te duelen de tanto estirar el
tiempo para que abarcara un todo en tan poco espacio.
A la
mayoría, las exigencias del guión les precisan un doble esfuerzo y en una
cuneta del camino caen exhaustos como muñecos rotos.
Te sobra todo, no quieres nada.
5 comentarios:
Hasta lo de estar hecho polvo lo describes bonito, Cantalapiedra. Eres una artista.
Un abrazo.
¡¡¡Hola!!! Me pasa como a Macondo, hasta lo duro lo describes bonito.
Besos.
Pues así me siento yo hoy...muy bien descrito..un saludo desde Murcia....
Olá, Mª Ángeles!
Belíssima crônica:
Parabéns, querida amiga.
Un beso. Pedro
Tiene razón Macondo. ! Que bien escribes !.
Un beso
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