domingo, julio 02, 2017

ELLA

El  invierno fue duro pues la nieve enterró la espiga y la lluvia ahogó la simiente. La luz no amanecía, los árboles eran esqueletos hacinados en el olvido, y nuestras vidas corrían al acecho de un refugio.
La nostalgia se sabía compañera de soledades y el silencio silbaba nuestras horas.

Pero hoy…, la he visto muy de mañana, pizpireta y acicalada, enredando a todo el que pasaba.
Me ha alegrado nada más ver su diminuto talle, su gesto dichoso y esos ojos que miran de mil colores.
Su piel huele a violeta, limón y azahar y su frescura sacia tu ánimo trémulo.
El viento ha dejado de aullar, el cielo se viste de azul aunque el blanco y el gris revoloteen en sus sienes.
Y la lluvia ya no es agua de pena sino manantial de agua generosa

Ver la primavera es como si brotara la vida dentro de mí.

2 comentarios:

Macondo dijo...

Ni las alergias pueden con ella.

Codorníu dijo...

La mente conceptual nos empaqueta la Realidad para que no veamos otra cosa que sus "paquetitos".
En tu caso no hay problema porque sientes más que piensas. Véase el texto, jaja.

Cafelito de ida y vuelta.